Theodor Bayer observaba, desde la lujosa filigrana de piedra de la ventana, el deambular de las gentes en la plaza del mercado, se hospedaba en una lujosa estancia en un palacete propiedad de Bartolomew Byson, ilustre Notario de Gröholm
Nunca hubiera imaginado que su buen hacer como Galeno y sus enseñanzas en los lejanos países donde la piel es dorada y los cabellos oscuros como el azabache le confirieran el estatus de afamado doctor.
Su especialidad en dolencias estomacales e infecciones era apreciada sobremanera en aquellos tiempos en que las grandes ciudades se masificaban y se hallaban abarrotadas por el gentío que se hacinaba.
Bayer se hallaba expectante, aquel mes le habían prometido que viajaría al castillo Real y conocería al mismísimo Rey Ragnar, una leyenda para el Galeno, que ahora requería de sus servicios pues una dolencia estomacal incomodaba al Soberano...
Observó a su alrededor y exhaló el aliento ... tantos lujos y comodidades le abrumaban ... pero aquella era la vida a la que tendría que acostumbrarse ... había entrado en el círculo de las élites de Gröholm ... y ¡Qué Diablos! bastante hambre paso antaño ... ahora era el momento de disfrutar de las mieles del éxito ...
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